Taller de nutrición, la manera como me gusta enseñarlo.

Taller de nutrición, la manera como me gusta enseñarlo.

Quisiera poner el tema de la alimentación en un punto perfecto. ¿Existirá la manera de hacerlo? ¿De disfrutar la comida con conocimiento, pero sin volverla el centro único de atención?

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En este camino de la nutrición, que llegó a mis manos paralelo al yoga casi sin pedirlo, me he encontrado con todos los extremos. Yo misma los he vivido. Y no son lugares amigables para vivir.

  • Por un lado veo personas que no tienen idea de para qué sirve la comida más allá de disfrutarla.
  • Por otro, he encontrado quienes no disfrutan nada por estar pensando en calorías, gramos de proteína, gramos de azúcar, fibra, y mil cosas más.
  • He visto quienes no conciben la vida sin solomito y salmón y quienes en su “pulcritud” no pueden compartir la mesa con un carnívoro.
  • He visto muchas cosas, pero más que diversidad, he visto desinformación. Cada uno cree que podrá hacer lo que le funcionó al amigo y en el proceso genera una inmensa confusión.

La alimentación se ha convertido en una religión prácticamente. Cada uno convencido de que tiene la razón, anda medio loco tratando de convencer al del lado de que su método es mejor.

Sin importar qué estilo de vida hayas decidido llevar, pienso que todos son válidos cuando nacen de una intención adecuada. Paleo, vegetariano, vegano, fitness, la dieta de los asteriscos, la del grupo sanguíneo, la vida light o la saludable. También es válido si te alimentas según tu instinto, según te guió una nutricionista o según te enseñaron en casa desde niño. Si tienes el tema claro, no hay mucho qué corregir. Pero si vives confundido con el océano de información que hay y tu deseo es sanar o corregir algo, aquí vas a encontrar elementos interesantes que aplican para todos.

  1. SOLTAR. La comida no es un castigo ni es un refugio para resolver problemas. Si tienes hambre, come y hazlo BIEN y SUFICIENTE. Si no tienes hambre, búscate una entretención que te fascine.
  2. DIETA NO!!! No te sientas a dieta. Cuando uno se restringe alimentos, inmediatamente éstos se vuelven el doble de interesantes.
  3. PROPÓSITO. Trata de aliviar el hambre con la comida que más alimente y llene tus necesidades nutricionales. Al mismo tiempo es importante aprender a darte gusticos y licencias con “lo otro”, algo así como 80% de comida sana y 20% de “licencias”.
  4. EQUILIBRIO. De nada sirve alimentarse bien de lunes a viernes si el fin de semana tiramos la casa por la ventana. Está bien si el fin de semana hay más vida social alrededor de la comida, pero no debe ser “una doble vida”. Pues de lo contrario, se vuelve una montaña rusa y los fines de semana parecerán siempre un premio, mientras que la semana es un castigo. Y, ¿quién quiere vivir castigado el 70% de su vida?
  5. Dosifica el ejercicio. Ojalá no hagas nada que te haga sentir extenuado y sin aliento. SIEMPRE que te excedes en deporte, el cuerpo empieza a buscar comida para compensarlo.
  6. ESCOGE de qué te quieres alimentar, en qué te quieres gastar tus calorías. Yo no me gasto mis licencias en bebidas azucaradas. NINGUNA es saludable, ni el té helado, ni las gaseosas dietéticas, ni el jugo de frutas empacado. Prefiere siempre agua o todo lo verdaderamente natural.
  7. APRENDE A MERCAR. No tengas en la casa tentaciones peligrosas. Es delicioso armar programa para salir tomar el algo, y mucho mejor que caminar 3 pasos hasta a cocina y tener todo el litro de helado. Compra en el mercado pasabocas saludables para tener siempre a la mano una buena opción. Si no, llegará la hora del hambre y volverás a tus lugares comunes.
  8. INVITA a tu gente más cercana a meterse en la onda contigo, porque nada es más aburridor que comer sano y tener a las otras personas con las que convives, convenciéndote de que es mejor comer chatarra.
  9. COCINA. La comida hecha con amor alimenta más y sabe mejor. Cocina en compañía. Enseña a tu familia. Delega menos, conoce más de qué está hecho lo que normalmente te comes. Cocinar puede ser un ritual, una meditación.

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Quiero señalar una sola vez más lo más duro que he visto en este proceso. Recordando que lo único que alimenta no es la comida. Que las relaciones satisfactorias, las horas de sueño y descanso, las vacaciones en familia, la realización profesional, la conexión espiritual, la paz en el alma, son un alimento igualmente primordial. Que no hay comida que pueda reemplazarlos y que hay que tratar de poner todo de nuevo en su justa perspectiva. Que no perdamos el norte. Que hay mucho para hacer en la vida, mucho para ser, y la obsesión con la figura es una distracción demasiado costosa en tiempo y en tristeza.

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Las mujeres jóvenes están sufriendo mucho. Un día veo una mujer hermosa y disciplinada, con músculos definidos, feliz y realizada. Al tiempo esta misma mujer pesa 10 kg más. Está frustrada y no puede con la vida. Aún es hermosa, pero ya ella no lo sabe. En el espejo ve una imagen que se contradice con la moda y con lo que cree que se espera de ella. Somos veletas. Estamos perdidas. La competencia es cruel. La autoestima se mide en porcentaje de grasa. Una mujer pierde la paciencia si gana 2 kg o si no puede controlarse y se come un pastel. Nos castigamos demasiado. Nos damos demasiado duro y la vida misma pierde su interés. Mujeres y niñas: entendimos la lección al revés. Mientras la vida esté vacía, o basada en tonterías, estaremos siempre llenándola con comida o con entretención “barata”. Una vez encontremos nuestra luz, conectemos con lo que nos hace únicos y diferentes, sabremos alimentar el cuerpo con lo que necesita, y la obsesión por la comida y el ejercicio automáticamente desaparecerá. La vida es demasiado diversa, demasiado bonita, para basarla solo en el empaque.

 

Aquí les comparto la intención entorno a la cual diseñamos los talleres de nutrición de Element. Sin suscribirlos en ninguna corriente específica. Solo buscando informar y conectar a cada uno con su sabiduría interior.

“Nuestra intención es traer a tu mesa amor incondicional y mucha luz que puedas compartir y contagiar a todos los seres que te acompañan en esta vida. Viviendo en AHIMSA, el principio yogi de la no-violencia, nos sintonizamos con la fuerza vibratoria más alta que existe, atrayendo a nosotros de regreso más amor, compasión y abundancia”

LOKAH SAMASTHA SUKHINO BHAVANTU

 

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