Ay mujeres, mujeres.

Ay mujeres, mujeres.

FullSizeRender.jpg¿Este si será un tema de género? O ¿será un tema de sociedad? No es solamente lo que “los hombres” nos están haciendo, es lo que nos estamos haciendo a nosotras mismas. 

Yo iba a seguir leyendo el muro de Facebook muy automáticamente, como siempre. Dentro de toda la información disponible, uno filtra, para no volverse loco y además para no sintonizar con tanta basura. Pero hoy algo me detuvo una primera vez: que un periodista le pegó en la cara a una señora de 67 años por pedirle que le pusiera un bozal al perro. Me indigné 30 segundos y pretendí seguir. Me detuve por segunda vez con la foto de la señora. ¿Y si ella fuera mi mamá, qué? El dolor ajeno, representado en la vida de uno, se siente distinto: pasa de lejano a posible y la sola posibilidad dan ganas de llorar.

Y si sigue uno para ayer y antier la cosa no es distinta. Hace 10 años leía de acoso y violación a niños, sé que no es algo nuevo y que siempre ha pasado, pero hoy con mis dos hijos al frente, la sensación ya es visceral: qué estamos haciendo!?

Mujeres, seremos más débiles físicamente, pero del potencial que tenemos por dentro no podremos dudar jamás. Nos metimos en la cabeza demasiadas tareas y metas físicas y superficiales imposibles de lograr.

Ni el peor enemigo podría haberlo planeado mejor: manténgalas distraídas para que no conozcan su poder.

Porque, ¿sabes qué? He sido testigo cercana  de muchas mujeres que han decidido romper paradigmas y su energía es incontenible. Choca mucho. Molesta a muchos, e irónicamente a MUCHAS. Pero hay una chispa en la mirada, un convencimiento real, una sana indiferencia hacia el qué dirán, y hacia ese miedo normal de “dónde iré a parar”…

  • Mujeres verracas, porque no hay cómo más decirlo, que se separan sin cinco centavos, y rompen de raíz el círculo de maltrato psicológico, esa línea tan delgada y fácil de confundir con las peleas que todos tenemos igual.
  • Mujeres que “siendo tan inteligentes”, sin reproches ni complejos dejaron de lado su vida profesional por un rato, o por siempre, porque sintieron que su papel estaba en la casa “formando su pequeña sociedad”.
  • Mujeres que siguieron su instinto y se alzaron la falda, se volvieron artistas, bailarinas, cantantes, líderes de opinión, modelos, cocineras, aunque tengan diploma de ingenieras.
  • Mujeres matronas que tuvieron 10 hijos, 30 nietos y no se cuántos bisnietos, que con 90 años siguen siendo autoridad moral y real de su familia.
  • Mujeres con bata de médicas que aman su profesión y con respeto y cariño acompañan al mundo entero en la enfermedad y el dolor, mientras su vida personal pasa a un quinto plano.
  • Mujeres que madrugan a las 2 de la mañana, dejan “coca” para el compañero, comida en las ollas para los hijos, pagan 5 mil a la vecina para que los cuide, organizan casas ajenas, quieren niños ajenos, y regresan a su metro cuadrado a seguir trabajando, mucho después del atardecer.
  • Mujeres que ocupan puestos de peso y que con su delicado liderazgo guían empresas de miles de empleados, y enseñan así a ponerle corazón a espacios que fueron tradicionalmente masculinos.
  • Mujeres que renuncian a su vida misma para vivir con una familia y hacer su vida más fácil siempre.
  • Mujeres que enseñan, construyen mundo desde escuelitas de barro, hasta universidades de respeto, casi siempre con sueldos regulares.

 

Y ¿mujeres, que se dedican a hablar de todo esto? ¿A criticar todo esto? ¿A hacer creer que su elección es mejor, o más acertada? ¿A complicar la vida de sus amigas, de sus colegas? ¿A pagar un sueldo injusto a sus subordinadas?

¿NO ES ESTO DEMENTE?

No mujeres, tenemos que parar este círculo. Tenemos que ser equipo. Mi barra de amigas es de 14 gallinas diametralmente opuestas. Tenemos la variedad completa. Todas hablamos a todo volumen y estamos convencidas de que tenemos la razón. Pero a pesar de que hubo rivalidades de adolescencia supimos resolverlas, y gracias a esto hoy no se nos acaba el tema. Y cada reunión juntas es como la oportunidad de ver al mundo desde filtros de todos los colores.

Como sociedad también tendremos que aprender a vivir con nuestras diferencias y pronto. Y no solo eso, sino también resolver nuestros complejos personales tan tontos. Tanta superficialidad y sufridera por el peso, la apariencia y el qué dirán. Porque la sociedad nos necesita atentas y enfocadas. Aprendamos que hay espacio para toda la gama, para toda la diversidad.

Que todas encontremos esa luz honrada en la mirada, en la que nos sabemos tan valiosas, que no necesitamos acabar con las demás. Y en la que por fin, podamos hacer cambios por las mujeres sin importunidades de verdad, las que nos necesitan, de verdad. 

Ni tanta indiferencia, ni tanto “Hashtag” (#niunamasniunamenos). Necesitamos CARIÑO

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E n    l a    v i d a    r e a l

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Mi gallinero feliz  

@yogalalma

Comments (4)

  1. Jacky Madrigal

    Hola! Vi tu pagina hace unas semanas pero estaba de viaje. Llegué a Medellin y me gustaría hacer varios cambios en mi vida… trabajar varios temas…

    Donde queda tu sede!?

    Un abrazo y gracias

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    1. Hola!!! Gracias por escribirme. Estoy a la orden con lo que te pueda ayudar. Element queda en la calle 10 B # 28-41. Es al lado del GreenFit del Poblado. Si quieres puedes escribirme antes cualquier otra duda yogalalma@gmail.com
      Un abrazo!!!

  2. Melisa Martinez Martinez

    Hola Anaisa, quería agradecerte por esta reflexion tan bonita y acertada que haces, estoy completamente absorta leyendo todas las entradas de tu blog, y esta me tocó mucho. Me quedo con la frase “La sociedad nos necesita atentas y enfocadas”. Muchas veces lo esencial es invisible a nuestros ojos, gracias infinitas te envío por que nos ayudas a encarrilarnos de nuevo con escritos como estos. Un abrazo!

    1. Qué felicidad recibir este mensaje. Un abrazo muy grande

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