Todos somos únicos, maravillosos e ireemplazables. En algún momento del camino lo olvidamos y nos convencemos de lo contrario: de que tenemos que camuflarnos, pertenecer, ganar aprobación y “obedecer”. Pero el alma reclama y todos los días tenemos la oportunidad de re descubrir realmente quiénes somos y a qué vinimos a este mundo. Aquí los dejo con mi lista de consejos para empezar a lograrlo.